Cuentan que a un joven le apasionaba el rugby. Pese a no
ser muy bueno en este deporte, nunca faltaba a ningún
entrenamiento y tampoco a los partidos de los sábados. El
entrenador conocía bien el entusiasmo del muchacho,
incluso lo resaltaba entre los compañeros para contagiarles
de su interés. Sin embargo, debido a su ineficacia en el
terreno de juego, nunca lo sacaba a jugar, con lo que el
joven —siempre acompañado por su padre— permanecía
sentado en el banquillo partido tras partido.
—No pasa nada —comentaba el padre para animarle—.
Quién sabe, quizá el próximo sábado te saque a jugar.
—Eso papá, quién sabe —le respondía el muchacho, esperanzado
ya en el sábado siguiente.
Pasó el tiempo y el joven entró en la universidad. Como no
podía ser de otro modo, se apuntó al equipo de rugby de su
facultad y seguía acudiendo fielmente a los entrenamientos
y a todos los partidos que su equipo jugaba. Pero de nuevo,
y pese a tratarse de otro entrenador, éste tampoco le sacaba
a jugar, con lo que el joven continuaba viendo los partidos desde el banquillo, acompañado por su padre.
Una tarde mientras entrenaba le avisaron que su padre había fallecido. El joven deportista disculpándose
abandonó el entrenamiento. Llegó el sábado y el muchacho acudió al partido. Al iniciarse el juego, el joven
le rogó a su entrenador poder participar en el enfrentamiento. El entrenador en un primer momento le denegó
la petición. No obstante, y debido a la insistencia del joven, accedió a que bajara al campo de juego. El partido
dio comienzo y el muchacho demostró un dominio que, ante la sorpresa de todos, permitió apuntarse
varios ensayos a favor de su equipo. Terminaron ganando y el entrenador no podía salir de su asombro. Los
compañeros le felicitaron efusivos. El entrenador, que seguía boquiabierto, le preguntó al muchacho qué
había ocurrido para jugar de aquella manera. El muchacho sin poder reprimir la emoción le contestó:
—Usted sabe que yo siempre venía todos los sábados con mi padre a los partidos. Pues bien, mi padre era
ciego y yo sé que por fin hoy desde el cielo me estaba viendo.
lunes, 16 de agosto de 2010
el joven jugador de rugby
Publicadas por
JorgeLora6
a la/s
12:48:00 p.m.
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