"Antes que nada tomo prestado este Post de un Hermano, y es su punto de vista acerca de los dilemas que se han enfrentado muchos ante el Matrimonio, el fue uno de ellos pero antes de ser Cristiano Practicante eh"
Gracias CristhianP...
Me habría ahorrado un divorcio si alguien me hubiese preguntado eso a los 22 años, claro que también habría dependido de si el que me lo preguntara tuviese el discernimiento de poder darme luz sobre mi respuesta y que, además, yo tuviera "dos dedos de frente" para pensar seriamente lo que me dijera.
A cuanto joven en planes de casarse puedo, y si tengo la confianza para hacerlo, se lo pregunto sin remordimientos. ¿Es que estoy en contra del matrimonio? al contrario, pocas personas están tan a favor del matrimonio como yo, pero no me puedo apuntar al modo como el mundo ve el matrimonio: casarse solo por casarse.
El mundo se casa porque "ya es tiempo" en el sentido de muchas cosas: que se esta haciendo uno viejo para tener hijos (ese es un enfoque sobretodo en las mujeres por su edad pre-menopausia), por que ya llevan muchos años de novios, etc. Se casan por que hay un embarazo premarital, y "que va a decir la gente de la chica embarazada", como si el bebe que viene fuese el pecado cuando en realidad el pecado fue la fornicación.
También se casan por puro aburrimiento, porque uno o ambos siempre ha soñado con la fiesta, el vestido, la iglesia, el cura, etc. aunque ninguno sea católico practicante y después de la boda no vuelven a asomar por una iglesia. Por tener hijos, otra excusa común, les gustan los niños y quieren tener los propios y lo correcto es que nazcan en un matrimonio aunque no conozcan a la persona con la que están haciendo la alianza perpetua.
Se casan porque "nos queremos, estamos enamorados y no podemos vivir el uno sin el otro", o cualquier frase romántica de ese tipo que se pueda poner en una tarjeta de Día de los Enamorados, en un encaprichamiento sentimental que se casan o se casan.
Para "no estar solo", como si el matrimonio fuera cura para la soledad, cuando cualquiera que alguna vez ha estado casado por las razones incorrectas puede testificar lo que es sentirse solo durmiendo con alguien a la par.
Por irse de la casa familiar es otra "razón", no aguantan la vida en su familia y deciden casarse como "medio de escape", como decía mi difunto abuelo: saltarse de la olla al fogón. Se casan porque "así tiene que ser" porque no se quien logró implantar la idea de que todos tenemos por naturaleza la vocación al matrimonio, cuando en realidad la diversidad de vocaciones es muchísimo mas amplia y no todos estamos aptos para esta vocación en particular. En fin, el mundo (y tristemente muchos miembros de la Iglesia también) se casan por todas las razones incorrectas imaginables.
Solo hay una razón valida para casarse: Porque ambos están seguros que hacen la voluntad de Dios al casarse. Nada mas, no hay otra razón. Suena muy poco romántico pero la verdad es que casarse no es un cuento de hadas, es una vocación y como toda vocación tiene tiempos magníficos, felices y gloriosos pero también exige sacrificio, tiempos de sin sentido, tiempos en los que no haces mas que morir por el otro o a manos del otro, y si la base que hay es cualquier otra que no sea Dios pues no vas a aguantar el fuego del crisol.
Muchos se casan con la idea que podrán "convertir al otro", es decir, moldearlo al propio gusto, y nos desgastamos innecesariamente tratando de que "el otro" cambie, pero en realidad el que tiene que convertirse es uno mismo, el otro cambiará cuando se convierta y eso llevará el tiempo que Dios estipule conveniente. Uno entra al matrimonio (o al sacerdocio, a la vida consagrada, a la vida de celibato, incluso a la misma comunidad, etc) para convertirse en "otro Cristo", para hacerse cristiano, para reflejar el amor de Cristo, no para "convertir" a los otros.
¿Difícil? sin lugar a dudas, sobre todo el ejercer discernimiento para poder dominar la tentación de volverse un déspota sobre el otro, pero Dios no nos deja solos y decidir entrar en el matrimonio es una de las decisiones mas importantes en la vida de un ser humano.
Esto no va de tenerle miedo al matrimonio, porque no importa que vocación uno tenga, todas tendrán sus propios retos, sino de tomar la decisión por las razones correctas y tener claro la realidad de lo que viene, por eso siempre es bueno recordar ese maravilloso evangelio que dice:
"¿Quien de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: "Este comenzó a edificar y no pudo terminar"."
Lc. 14,28-30
No hay comentarios.:
Publicar un comentario