Al finalizar su asamblea plenaria, el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) dio a conocer una declaración en la que señala que la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, del auténtico matrimonio entre un hombre y una mujer y la familia constituida sobre esta base, así como de la libertad religiosa, son pilares fundamentales para este continente por los que la Iglesia Católica trabaja incansablemente.
La declaración reconoce al inicio el "invierno demográfico", es decir la caída de la población en Europa, en donde los católicos necesitan "crecer en una fe más consciente y documentada para poder valorar con sentido más crítico la cultura dominante que ha puesto en discusión valores como la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, la persona en su estructura objetiva, la libertad como responsabilidad moral, la fidelidad, el amor, la familia".
Asimismo, indican los prelados, "es muy preocupante, por ejemplo, el debate de estos días en el Consejo de Europa que quiere limitar el derecho a la objeción de conciencia del personal médico para hacer más fácil el acceso al aborto".
Todo esto, continúan, "permite apreciar la necesidad de tener bien enraizada y viva la fe, es necesario creer en la capacidad de la razón de descubrir la verdad de las cosas en sí misma y de la ética. La sustancial desconfianza hacia la razón humana parecer caracterizar la llamada post-modernidad".
Seguidamente los obispos explican que la Iglesia entiende las exigencias que derivan de saber que la naturaleza humana ha sido redimida por Cristo, por ello, "no cesa de afirmar los valores fundamentales de la vida, del matrimonio entre un hombre y una mujer, de la familia, de la libertad religiosa y educativa: valores sobre los cuales se basa y se garantiza cualquier otro valor en el plano social y político".
"Las muchas familias que acogen la presencia de Jesús y viven según la verdad de la familia no dejan de dar testimonio de la belleza y de la correspondencia al corazón del hombre de cuanto la Iglesia proclama mostrando que es posible vivir en familia como Cristo invita", concluyen.
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