lunes, 16 de agosto de 2010

el perdón de los pecados

—Padre —comentó el novicio—, todas las noches hablo en sueños con alguien,
yo le pregunto y él me responde; pero estoy asustado por si fuera el mismo Dios.
—Si quieres saber si es Dios —le contestó el Prior—, pregúntale esta noche que te diga
cuando cometí el último pecado.
El joven novicio se fue extrañado y preocupado por tener que hacer tan compleja pregunta.
—Preguntaste esta noche pasada lo que te sugerí —le dijo el Prior al día siguiente.
—Sí, pero no sería Dios, porque me contestó que no se acordaba de cuándo había cometido
usted su último pecado.
—Si no se acordaba de mis pecados —contestó el Prior—, te aseguro que era Dios.

No hay comentarios.: