lunes, 16 de agosto de 2010

ocho minutos

Cuenta la leyenda que había una mujer muy pobre, que caminaba
por las afueras con su hijito en brazos, cuando pasó por delante de
una caverna, de la que salía una voz misteriosa que desde dentro
suavemente le decía: “Entra y coge todo lo que quieras, pero no te
olvides de lo principal. Recuerda además que, cuando salgas, la
puerta se cerrará para siempre. Te concedo ocho minutos para que
sacies tus deseos; aprovecha, por tanto, la oportunidad, pero no te
olvides de lo principal…”
La mujer entró en la caverna y se halló delante de inmensas riquezas
y tesoros. Fascinada por el oro y las joyas, puso al niño en el suelo
y empezó a juntar ansiosamente todo lo que podía en su delantal.
La voz misteriosa habló nuevamente: “Tienes solo ocho minutos”.
Agotados estos ocho minutos, la mujer, cargada de oro y piedras
preciosas, corrió hacia fuera de la caverna y… la puerta se cerró.
Recordó entonces que el niño se había quedado dentro, pero ya la
puerta estaba cerrada para siempre.
La riqueza le duró poco…, la desesperación le duró siempre.
Lo mismo ocurre en nuestra vida. Vivimos ochenta… cien años… y
siempre hay una voz que nos advierte: “No te olvides de lo principal”.

¿Qué es lo principal para ti?

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