lunes, 16 de agosto de 2010

Las cosas no son siempre como parecen

Dos ángeles que viajaban por Soria, llamaron a la
puerta de una familia rica y ésta los alojó en el
sótano. Mientras hacían la cama en el duro suelo,
el ángel más viejo vio un pequeño agujero en la
pared y lo tapó. El más joven le preguntó por qué
lo hacía y le contestó:“Las cosas no son siempre
como parecen”.
Al día siguiente viajaron a un pueblecito
y una familia pobre les ofreció de
cenar y les dieron la mejor cama para
pasar la noche. A la mañana siguiente
los dos ángeles encontraron al
matrimonio llorando.
Su única vaca había muerto. El ángel más joven
indignado y furioso le dijo a su compañero:
“¿Cómo has permitido semejante desgracia?
Ayudaste a los ricos que nos trataron tan mal y por
esta familia que nos ha dado todo no has hecho
nada. Las cosas no son siempre como parecen,
le contestó el ángel más viejo”.
Cuando nos hospedamos en Soria vi que había
oro en el agujero y lo tapé para que esa familia
egoísta y avariciosa nunca lo encontrara.
Y esta noche cuando dormíamos, el
ángel de la muerte vino a buscar a la
esposa de esta casa. Yo le dije que se llevara
a la vaca en lugar de la esposa.
Como ves las cosas no son siempre
como parecen.

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