martes, 12 de octubre de 2010

¿POR QUIEN LLORO JESUS?

Dice la escritura que Jesús tenía un grupo de intimos amigos con quienes se sentia muy agusto charlado de todo lo referente al reino, a su misón, sus tareas, sus itinerarios por toda Galilea. Puedo imaginar la sonrisa en el rostro de Jesús al repasar su gira y darse cuenta que pasará cerca de Betania. El Señor tenía muy buenos amigos en esa ciudad.Es posible que ni siquiera los apóstoles podían entrar en ese selecto círculo.siendo tan íntimos.

Marta se había ganado la reputación de preparar los mejores platillos cada vez que llegaba su Maestro, no había en Betania quien la igualara; y, desde luego con María había discutido infinidad de veces, topicos profundos,con sus eternas y ocurrentes preguntas; pero sobre todo era con Lázaro que pasaba noche enteras bajo las estrellas en amenas charlas, con el podia sentirse a gusto, quitarse hasta las sandalias para descansar su adoloridos pies.

Lázaro era de esos amigos que logran hacerte sentir bien y siempre lograba arrancar grandes carcajadas al Maestro, debido a sus bromas y anécdotas increíbles que solo a el podian ocurrirle. El Señor ni siquiera se acordaba de las complicaciones cotidianas, simplemente las horas las pasaba de lo mas agradable.

Era claro que a Jesús, podia sentir el dulce aroma de los guisos que preparaba Marta y de María ni que decir, siempre atenta a cada frase que saliera de la boca de su Maestro. Definitivamente El tenía tres muy buenos amigos con quienes compartir una deliciosa cena. No era necesario que avisara con anticipación su llegada, simplemente enviaba un mensajero diciendo que estaba en la otra orilla y que solo terminaba un par de milagros y estaria con ellos.

Es facil imaginar la velada. Luego de las bromas de rigor ellos escuchan con atención a Cristo mientras les habla de los planes futuros, de lo que sucederá en Jerusalén. Indudablemente, ésta es la familia más informada en cuanto a los planes del Señor y las verdades del Reino.

SIEMPRE ES UN PLACER TENER A JESUS EN CASA.

Pero la crisis también llega, como un intruso a la casa de Marta y María. Un atardecer, Lázaro llega a casa con algunos síntomas de fiebre. No parece algo como para preocuparse, pero se ve un tanto pálido.Marta le sugiere que se dé un baño de y que vaya, directo a la cama. Por la madrugada, la fiebre parece subir sin piedad, y junto con las primeras convulsiones, comienza a delirar.

María esta muy preocupada y considera que tal vez, éste sea el momento de llamar a su amigo. Han pasado noches enteras oyendo las fascinantes historias de los milagros del Señor. Lo han visto curar paraliticos, hacer ver a los ciegos y sanar a los enfermos como parte de su rutina de trabajo. Y después de todo, ellos pueden considerarse amigos del círculo íntimo de Jesús.

Envían un mensajero con la noticia de último momento. -Díganle que Lázaro, su amigo, está muy grave. Curiosamente, cuando el Maestro se entera de la triste noticia, en lugar de cruzar a Betania, se va para Judea. Y por alguna razón, llega cuatro días tarde, demasiado tarde. Lázaro está muerto.

Era logico que Marta y María están dolidas y molestas. Se sienten que el Maestro los ha dejado abandonados a su suerte. (muchos que nos creemos intimos del Señor hemos sentido en algún momento de nuestra vida ese “sentimiento de abandono”.

Están sorprendidas por la actitud de Jesús. Se suponía que era su amigo. Ni siquiera fue capaz de estar presente para su funeral. Tiene tiempo para sanar a diez leprosos y nueve ni siquiera le agradecen, solo uno. Se detiene por un desconocido y ciego llamado Bartimeo. No le importó salir ponerse a platicar y sanar a una mujer con flujo de sangre. Pero no tiene tiempo de estar con ellos cuando lo necesitan.

Otra vez, la irreverente soledad, que llega impiadosa, haciéndoles creer que el mismo Dios las acaba de abandonar. El Señor le dice al mensajero que su amigo y casi hermano Lázaro ha de vivir. Así de sencillo. Que confíe en El. Que no hay razones para estar tristes. Que se trata de un plan diseñado en los Cielos. Pero sus amigas ya no confían.

Las lágrimas de estos cuatro días se llevaron la poca fe que les quedaba. Ellas no esperan un milagro. Quizá unas disculpas, pero no un milagro. Al menos, hubiese traído flores y una buena excusa.

-No podía dejar a Pedro para que le ayude y predicar unos días? No lo pueden creer -dice Marta- los vecinos están asombrados de tu “amistad”. Con amigos como tú, quién necesita enemigos. De haber estado aquí, mi hermano no estaría muerto.

El Señor observa la mirada de resentimiento y acusadora de esa misma mujer que tantas veces le había preparado su platillo favorito. Observa la tristeza y la falta de fe de María, con quien compartió tantas verdades. Otra vez, el mismo común denominador de la soledad.

Debiste haber llegado a tiempo.

Pudiste hacer algo, enviar a alguien, aunque sea.

Las acusaciones de siempre, dirigidas a Quien creemos que debió ayudarnos.

Debió.

Pudo.

Es lo mismo que hacemos nosotros, en medio de nuestra soledad, del sin sentido, cuando el desaliento nos invade, cuando creemos que las cosas cada dia estan peor. Solo entonces nos recordamos que tenemos UN AMIGO.; porque cuando las cosas nos van bien es por nuestro esfuerzo, por nuestra capacidad, porque somos mejores.

Es entonces, ¿JESUS LLORO?

No hay que confundirnos. Es verdad lo que tanto se nos ha predicado y han pregonado por años. Jesús llora no solamente por su amigo Lázaro. Entonces, porqué hacerlo por alguien que va a resucitar en cuestión de minutos? Jesús no lloraría por algo tan pasajero o si...

El Señor llora por Marta, por María, por sus amigos. Llora por TI y por MI...

Tantas horas compartidas. Tantas tazas de café. Tantos viernes de hablando de los secretos escondidos y los Planes del Cielo. Tantas leyes del Reino, tantas veces de hablar sobre su misión en la tierra. Eran amigos, pero no lo conocían. Cuanto tiempo el Señor te ha acompañado y tu ni te enteras. Algunos dirán, no es que dudemos, pero una cosa es sanar un enfermo, otra muy distinta, hacer algo con un muerto.

Confiaban en El, pero con ciertas restricciones. Con reservas. Eres Dios, siempre y cuando mi problema no sea tan grande que hasta te supere a ti,y no puedas resolvermelo.

Marta, María y aún los vecinos de Betania no comprenden que sólo es un plan para que El pueda mostrar su Gloria. Que jamás los ha dejado solos, por el contrario, el propósito era atraerlos hacia El y que formen parte de una las historias grandes de las escrituras.

Aún a pesar de todo, el Señor les dará una oportunidad para creer. Les ordenará que quiten la piedra y traerá a Lázaro de regreso. Si. La misma piedra que El mismo podría mover con solo un chazquido de sus dedos o hacerla levitar. Aquella que decenas de ángeles, muy gustosos, estarían dispuestos a mover. Pero El les dará la oportunidad a sus amigos.

Sólo les pide un enorme favor. Si aún le quedan ganas de confiar y creen en esta amistad, corran la piedra de la tumba. El mismo Señor que iba a resucitar a un muerto, les deja participar del milagro.

Cuando se lo cuenten a sus nietos, (podran decir también nosotros hemos colaborado con Dios). Que por un instante, fuimos los asistentes para que Jesús haga uno de sus milagros mas grandes. Cuando todo el público creía que El había fallado, o que había llegado tarde.

Por esa misma razón, no tienes de que preocuparte. Si lo ves de esta forma, esto recién acaba de comenzar.
Tu amigo está a la otra orilla y ya sabe que estás en problemas. Si parece que llega tarde, es porque acaso, quiera atraerte hacia El.

Y cuando finalmente llegue, lo hará con algo especial que cambiará tu vida para siempre.
Y hasta quizá, te deje ayudarlo y formar parte del milagro. 

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